El gobierno de la premier Gladys Berijiklian decidió relajar las restricciones impuestas al uso del agua en la ciudad de Sídney a partir del 1 de marzo próximo y rebajarlas del nivel 2 al 1, lo que todavía impide que se deje correr el agua sin supervisión, así como el lavar los vehículos con una manguera sin una boquilla de control.
La demora, que se implementa tras una de las lluvias más fuertes de los últimos veinte años registradas entre el 8 y el 9 de febrero pasado, se debe a que se espera que en los próximos días mejore la calidad del agua.
“Recientemente hemos experimentado el mayor evento pluvial de los últimos 20 años, el que ha impactado en la calidad del agua en la cuenca de la región de la Gran Sídney afectada por los incendios”, dijo en un comunicado la ministra del Agua de NSW, Melinda Pavey.
“Se han implementado varias medidas para asegurar que el agua es segura para su uso, lo que incluye pruebas extensas, filtración y la colocación de redes para atrapar los escombros”, agregó.
La capacidad de los reservorios de agua es de 80.3 por ciento en Warragamba , 87.2 por ciento en Prospect y de 63.6 por ciento en el de Woronora.
Las multas por no cumplir con las restricciones es de 220 dólares para las viviendas y de 550 para los negocios.