La Cámara Baja del Parlamento de Tasmania aprobó a última hora del jueves la legislación sobre muerte asistida voluntaria por 16 votos a favor y 6 en contra, lo que hace que la práctica se convierta en ley con toda seguridad.
La legislación tendrá que volver a la cámara alta para una votación final sobre las enmiendas que se hicieron en la cámara baja. La Cámara Alta volverá a sesionar el 23 de marzo.
El Premier de Tasmania, Peter Gutwein, describió la aprobación del proyecto de ley como "lo mejor del parlamento".
Los miembros del Partido Liberal pudieron votar en conciencia sobre el proyecto de ley.
La legislación permite a las personas que padecen enfermedades avanzadas, incurables e irreversibles poner fin a su vida en situaciones en las que se espera que mueran en seis meses.
Los diputados de la Cámara Baja debatieron una serie de enmiendas al proyecto de ley, incluida una que impediría a las personas utilizar las consultas de telesalud para acceder a los servicios de muerte asistida voluntaria.
La líder de los Verdes, Cassy O'Connor, dijo que no permitir los servicios de telesalud haría que la legislación fuera "efectivamente disfuncional para los habitantes de las zonas rurales y regionales".
Sin embargo, el diputado liberal Guy Barnett, que votó en contra del proyecto de ley, dijo que la consulta en persona era importante.
"Si usted es la persona afectada, seguramente querrá una reunión física con su médico de cabecera o especialista", dijo Barnett.
"Lo que queremos es un proyecto de ley completo y sólido, para proteger los intereses de los residentes de Tasmania vulnerables".
Finalmente, la enmienda no fue aprobada por 9 votos contra 13.
El gobierno de Tasmania había pedido a un grupo de expertos independientes de la Universidad de Tasmania que revisara el proyecto de ley antes de la votación final. La revisión se publicó a finales de febrero.
El estudio comparaba lo que se proponía en Tasmania con las leyes que ya estaban en funcionamiento en otros estados y en el extranjero.
"El proyecto de ley de muerte asistida voluntaria de Tasmania contiene numerosas disposiciones para proteger a las personas y garantizar que el acceso se limita a las personas que reúnen los requisitos médicos y actúan de forma voluntaria y sin coacción", decía el informe.
Pero el informe también ofrecía cinco enmiendas para su consideración, entre ellas la protección profesional legislativa para los proveedores de servicios sanitarios que no quisieran ofrecer servicios de DVA.
Tasmania sería el tercer estado australiano en permitir la muerte asistida voluntaria, después de Victoria y Australia Occidental.
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